Los ires y venires de mi vida me han traído recientemente a Ribadesella, sitio en el que viví durante los tres meses del verano de 1992, antes siquiera de haberme planteado coger una cámara de fotos...
Ahora, a mi regreso, redescubro con la mirada otros paisajes diferentes a los de aquel dorado verano.
Quiero dedicar este Blog a los amigos que aquí esperaban y que hicieron de mi llegada un regreso
¡Al final volviste! ... me dijeron.
Sí volví, y esta es una foto desde mi ventana.
desde un viaje visual,Ahora, a mi regreso, redescubro con la mirada otros paisajes diferentes a los de aquel dorado verano.
Quiero dedicar este Blog a los amigos que aquí esperaban y que hicieron de mi llegada un regreso
¡Al final volviste! ... me dijeron.
Sí volví, y esta es una foto desde mi ventana.
Y me asombro ante un paisaje cambiante e intento atrapar el tiempo en un parpadeo consiguiendo tal vez tan solo un reflejo. Reflejo que no se aburre de jugar con las luces y con el tiempo.
Porque sin la luz no existiría la oscuridad, esa eterna historia de amor en donde nacen las sombras .
Y me ofrezco de guia en este viaje entre luces y sombras, me dispongo a cruzar el puente del tiempo que siempre lleva a la otra orilla.En esa orilla no dejo de reaprender que en un solo segundo todo cambia
y una imagen tan solo es la huella del pasado.
... En la que puedo detenerme para ver pasar el viento.
... En la que puedo detenerme para No ver pasar el viento.
Y ahora aquí, navegando por el curso de un río atemporal,
retorno a estas orillas del Sella,
para ver de nuevo y de cerca
la lejana perspectiva del tiempo
desde este punto de partida,
desde mi nuevo hogar,
desde esta ventana que me regala un paisaje cambiante
que despierta a mis ojos sempiternamente asombrados.
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